
Me jode tomar el sol.
Para un tío ocupado como yo, es un auténtico coñazo. A los quince minutos, me empieza a entrar calor. A los veinte, estoy asfixiado. Media hora tumbado sobre una toalla y me corroe un sentimiento de culpa incontrolable: ¿Qué coño hago aquí? ¿No debería dedicarme a algo productivo?
Y todo por un puto bronceado natural.
Entiéndeme, el moreno me sienta bien. Unas pocas horas de playa bastan para dotarme de unos tonos interesantísimos que disparan mi Valor Sólido. De hecho, los IDIs que me dan al llegar no son los mismos que los que me lanzan cuando termino la sesión.
Pero ya te digo: tengo demasiadas responsabilidades para dejarme caer sobre la arena como una lagartija. Mi propia vida, mi proyecto, mis libros, mi futuro…, todo está en juego. Y, con ellos, el tiempo y la energía de todos aquellos que se han implicado con Sex Code. En mi situación, tumbarme a contar fotones equivale a acumular remordimientos. Si quiero una conciencia tranquila, necesito combinarlo con otra actividad.
Por ejemplo…
Puedo leer, estudiar, escuchar seminarios o textos en formato MP3, organizar mis tareas pendientes o hacer la lista de la compra.
Pero no nos engañemos. Hay demasiada gente.
A menos que se trate de un rincón perdido y apartado, no falta la parejita de mocosos consagrada a montarla bajo los aullidos conciliadores de su madre, el grupito de TBs con risitas estridentes o la panda de machitos alfa haciendo el gorila y salpicando arena mientras juegan al fútbol o practican valetudo.
O sea, la playa raya.
En ella, sólo puede hacerse una cosa de provecho…
SARGEAR.
Apenas he puesto el pie sobre la arena, a unos cien metros, diviso mi primera rubia.
Recordemos las reglas: QUÉ, POR QUÉ… INFORMACIÓN
Mario Luna: Hola. Iba a venir con un amigo, pero al final se ha rajado. Y, como sospecho que tu compañía es más divertida que la arena, me gustaría dedicar un par de minutos a comprobarlo.
[mailpress]
(Suscríbete GRATIS a mi BLOG DE SEDUCCIÓN)
(más…)