Dejémoslo en que ha sido una trampa social. Por lo demás, prefiero que no me preguntes cómo he terminado aquí.
Estoy en Chueca, rodeado de un grupito de gays y lesbianas a los que doblo la edad. Nadie me hace ni puto caso.
Una tras otra, contemplo mis mejores herramientas estrellarse contra un muro de total indiferencia. Me he falcado en una barandilla de la plaza, pero no consigo retener sets a mi alrededor el tiempo mínimo para que mi valor social comience a despegar. La pregunta de «¿Qué haría Mario Luna en esta situación?» no sirve, porque… yo soy Mario Luna.
Y me siento perdido. Desorientado. A punto de tirar la toalla y regresar al hotel con el regusto amargo del fracaso.
Por supuesto, me está bien empleado. Podría estar currándome una sala de TB15s mercenarias junto a Trabajador y Proletario. Se lo tengo prometido. Y, por muy difícil que resulte, nada puede igualar este «reto gay». Lo dicho: me lo merezco.
Sufre, Mario. Otra vez te pones a hacer experimentos sociales que nadie te ha pedido.
En un intento desesperado, le doy conversación al gay de mi derecha. No funciona. Su certera intuición le indica que no me atrae, y se esfuma.
La cosa se empieza a poner fea de verdad.
Por suerte o no, aún me queda un último recurso. Algo que he estado tratando de evitar a toda costa.
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Te hablo del único fruscazo hétero que merodea por aquí.
En este entorno, ocupa el peldaño más bajo de la jerarquía social. El tipo no le interesa a nadie, ni siquiera a sí mismo. Desde hace rato, su actitud, comportamiento y lenguaje no verbal me han dejado claro que dedica buena parte de su vida a mendigar aprobación por parte de un puñado de lesbianas.
Aunque yo también he sido un fruscazo de la leche, se me hace un mundo entender a alguien que se respeta tan poco. Me pregunto qué coño es lo que pretende o busca. ¿Intenta hacerse gay contra su programación biológica? Es obvio que no. ¿Espera que alguna lesbiana se apiade de él y se lo folle por pura caridad? Pues puede esperar sentado.
Sea cual sea su motivación, los de esta tribu lo tienen más que claro. El tipo está fichadísimo. Le han colgado la etiqueta de «muerto de hambre» y, en consecuencia, lo rehuyen como la peste.
Durante unos instantes, dudo.
Sé que si paso demasiado tiempo hablando ÚNICAMENTE con él, no tardaré en acabar en el mismo saco. Pero, por otra parte, la idea de pasar más de diez segundos completamente solo en un entorno social me aterra. Tengo tan interiorizados algunos principios del juego de sala que, si se da el caso, me siento desnudo y vulnerable como un recién nacido. Tanto es así, que no recuerdo cuándo fue la última vez que me ocurrió.
Finalmente, me hago el ánimo de darle conversación. Después de todo, el tipo está en mi misma situación. Ambos necesitamos urgentemente ganar valor social en aquella sala. Quizás estoy llevando esta ciencia social demasiado lejos. Quizás todo sean paranoias mías. Quizás el tipo no sea tan frusco ni lamentable. Quizás se trate de alguien receptivo y abierto a mejorar su juego. Quizás…
Quizás ni leches.
El tipo es un fruscazo de cojones. Peor aún de lo que había supuesto. Me desespera.
Imagíname hablándole de tías. Imagíname buscando su complicidad, tratando de no parecer un completo inepto social. Ahora visualízalo a él prestándome la escasa atención que su hambre acumulada de años le permite. Le doy pistas, le lanzo indirectas, pero todas ellas se pierden en el inmenso vacío de su hueca intuición social.
No se ríe, ni deja de hacer «cabecitas», ni muestra interés por nada distinto a las adolescentes que lo ignoran. Al perseguir su mirada, adopta la expresión de un mendigo suplicando limosna. Intento arrastrarlo hacia la conversación, pero todos mis esfuerzos son vanos.
En menos cinco minutos, llego a la clara conclusión de que la comunicación entre nosotros es sencillamente inviable. De momento, se encuentra muy lejos de dar ese paso hacia el cambio que desmarca a mis clientes y lectores. ¿Lejos digo? A años luz.
Y lo peor: me está creando un trauma.
Está bien, lo admito: soy Mario Luna. Aún así, me sigue quedando la duda. ¿Qué coño haría Mario Luna en una situación semejante?
Te lo digo: Mario Luna buscaría otro set.
Fácil afirmación, ¿verdad?
El único problema es que, por increíble que parezca, en toda la puta plaza no hay un sólo set libre. Ni siquiera veo sets mixtos. Lo único que encuentran mis ojos son parejas de gays o de lesbianas haciéndose carantoñas. O perros. O borrachos tirados por el suelo a los que no me apetece arrancar de su sueño. O patinadores que van a toda hostia. O…
Mario, aún no has mirado detrás de ti…
Es una voz interior. No sé de dónde viene, pero tiene toda la pinta de ser una de esas voces a las que hay que darles un voto de confianza. Cruzando los dedos, me vuelvo para mirar a través de la barandilla sobre la que estoy apoyado. Bajo ésta, se extiende una terraza repleta de mesas donde más parejitas hacen de las suyas.
Dios, un sólo set. Un único set viable. Es todo lo que te pido. Por favor, dame un set…
Pero nada. No veo nada abordable… Nada…
¿Nada? Un momento…
Parece que mis ruegos no han sido del todo ignorados.
Se trata de dos mujeres sentadas a una mesa que no están haciendo manitas. Por la conversación animada que mantienen, hay una posibilidad entre cien de que no sean lesbianas.
En fin, no sé que va a pasar. Pero una cosa está clara: no puede ser más aburrido que esto. Sin pensármelo dos veces, me autoinvito sentándome frente a ellas. Tras mirarlas a ambas largo y tendido para crear cierta tensión, echo mano de un viejo amigo:
Mario Luna: Esta… (pausa) Tiene toda la pinta… (pausa) De ser la típica conversación de mujeres… (pausa) Que el médico me tiene prohibida… (pausa) ¿Qué estáis tramando?
De repente, las viejas leyes de la física rigen de nuevo.
Mis gracias vuelven a hacer gracia. Mi juego vuelve a ser un rasgo diferenciador que me desmarca de otros hombres. Y sargear vuelve a ser divertido.
Me lo estoy pasando tan bien, que por fin lo veo todo claro: lo que tengo delante de mí son dos chicas hétero a las que les gusta dejarse caer por el ambiente, pero nada más.
E, una de ellas, está buenísima. Además, derrocha clase y sus comentarios están cargados de inteligencia. Por lo visto, tiene una profesión muy interesante que la ha llevado a ser algo famosa. Casi desde el principio, lo he tenido claro: voy a por ella.
Para que A, su amiga, no se sienta desplazada, la trato con total complicidad. Y, sirviéndome de un perfecto narrador de set, les expreso a ambas las emociones que E no deja de despertarme. Pero, lejos de reaccionar mal, A me demuestra una sensibilidad y nobleza impropias de un mortal.
Cuando A hace un pequeño viaje al baño, aprovecho para bajar intencionadamente el tono de mi voz. Como es de esperar, E se queja de que apenas me oye y yo me siento junto a ella en el sitio de A según lo previsto.
Cuando estamos los tres juntos de nuevo, hablamos del amor. Yo les hablo de mi tipo de mujer y ellas me hablan del suyo.
Mierda.
O sea… O sea, que sí. Se trataba de lesbianas camufladas todo el tiempo.
Sin embargo, es tarde ya. Estoy solo. Y, además, hace tiempo que no recuerdo sentirme tan a gusto.
Está decidido. Me quedo con ellas.
Cuando nos echan de allí, ninguno de los tres muestra deseos de irse a casa. Así que decidimos irnos a otro sitio. Allí me confiesan que no se explican cómo no me han mandado a freír gárgaras al autoinvitarme a su mesa.
TB (A): No sé, tío. De verdad, no me lo explico. Suelo ser muy borde en estos casos y mandar a paseo a cualquiera que haga lo que tú te has atrevido a hacer.
Mario Luna: Si quieres que me sienta especial, te advierto que lo estás consiguiendo.
TB (A): De verdad, Mario. No sé si tiene algo que ver con tu forma de mirarnos, de hablar, de moverte. Pero era pensar en decirte algo grosero y me abandonaban las fuerzas.
TB (E): Es cierto. A veces hacemos concursos para ver cuál de las dos es más borde con un tío. Pero contigo yo tampoco he podido. Desprendías una energía tan pura, tan directa. Creo que me hubiese resultado más fácil mandar a un ángel a freír gárgaras que a ti.
Mario Luna: Os habéis ganado un abrazo. Venid.
Les doy un abrazo y un beso a ambas, asegurándome bien de que el beso de E va a parar a la comisura de sus labios.
Al rato, nos echan de allí también. A se excusa y dice que se marcha, alegando que al día siguiente tiene que trabajar. Para mi grata sorpresa, E insiste en que no se vaya, señal clara de que está justificándose ante los demás y ante sí misma para quedarse ella.
A los dos minutos de estar E y yo solos, la intento besar. Ella intenta apartarse haciéndome una cobra, pero le resulta imposible porque la tengo bien agarrada. Le explico que no me gusta ir por ahí robando besos a la gente, pero que con ella tengo impulsos que no puedo controlar. Tras oír esto, ella sigue a mi lado. Está claro, ¿no?
En el siguiente garito, que por cierto es horrible, intercalamos sesiones de conversación apasionada con sesiones de besuqueo más apasionado aún. Cuando no soporto más el ruido y hacinamiento del local, le digo a E que ha llegado el momento de largarse. Ya en la calle, le informo de la situación.
Mario Luna: La verdad es que lo último en el mundo que me apetece ahora es separarme de ti. Pero creo que te mereces que te disfrute sin ruido ni empujones.
TB (E): Entonces, ¿qué sugiere el señorito?
Mario Luna: Sugiero que me lleves a tu casa y me enseñes algo de lo que escribes.
Tras un par de segundos de falsa reflexión, accede.
Su casa es preciosa y única. Su trabajo, hipnótico. Casi tanto como el tacto de su piel desnuda. O como sus besos y caricias cuando hacemos el amor.
Cuando me quiero dar cuenta, se nos han hecho las tantas de la mañana. Según E, últimamente sólo pasaban mujeres por su cama. Soy el primer hombre con el que lo hace en varios años.
Tengo que dejar Madrid.
Otra noche más sin dormir.
Nota: En la otra entrada que he publicado hoy te invito a que veas dos documentales que exploran las verdades científicas sobre gays y lesbianas.
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mario….no se si llamarlo milagro o suerte de aven
lo que si te digo es que: vale…sabes aprovechar muy bien las oportunidades y generar respuestas de forma….ALUCINANTE…
tengo mucho que aprender de ti
un abrazo
Desde colombia: champi
jajajaja ke kabron…eres de los mejores!!! espero un día coincidir aquí en Barcelona…gracias…en verdad no creo ke tengas idea de la gran cantidad de personas ke has ayudado….un abrazo hermano….
Que tal Mario… Seguramente me recuerdes de la feria del libro de Madrid. Soy ese chico aficionado al orientalismo que te dio a firmar un libro con las tapas forradas jaja!
Solo quería deciirte que pese a mi condición de frusco aspirante a pseudo-aven, tuve no hace mucho una de las experiencias de mi vida mas interesantes en este tema en el interior de un garito lesbico. Conocía a una de la chicas con las que iba que era bisexual (con la que ya me había enrollado alguna vez), las otras dos no las conocía. No hubo sexo, pero terminé enrollandome con dos de ellas. Ambas tb se enrollaron a su vez con sendas pibas. Fué la semana santa pasada. No fué un unico día. Salímos varios días por chueca y conocí a lesbianas muy interesantes.
Me hace gracia cuando las tías presumen de amigos gays, les jode cuando tu les dices que tienes amigas lesbianas. Siento que me salga la misoginia, pero esque aun me queda bastante para ser un el pseudo-aven al que aspiro.
Un saludo, y gracias de nuevo por ayudarnos.
ni suerte ni milagro juego puro y duro… tio te sigo desde hace un tiempo, he sargeado solo. Estaba leyendo tu post y al principio he dudado, digo no puede ser q este pavo no sepa llevar las riendas de la situación. Hace poco que tuve una experiencia única con dos lesbianas. he estado a punto de exponerla en el foro con pelos y señales pero por conservar mi anonimato he preferido no hacerlo pero joder vengo de tomarme unas birras leo esto y tengo q contartelo. Las conocí este finde en una bocateria. Cenamos juntos. Al principio todo indicaba q iban a su rollo y a pasar de mi, estuvimos en algunos garitos. La cosa se iba calentando. También hubieron mojitos por en medio. Esa noche fue increible acabamos haciendo el amor los tres y luego volví a hacerlo con una de ellas a solas los dos. Al principio pensaba q era un capricho de ellas de hacer un trio. Ahora sé que no. Creo q todo esto se lo debo a la comunidad. El rollo de las lesbianas me trastoca un poco porque es como si tuvieran doble personalidad, normalmente me dan de lado pero si mantengo mi juego sólido hago lo que quiero. Al dia siguiente se rayan y se sienten mal. Luego lo racionalizan todo, adoptan la actitud de eso nunca volverá a pasar entre nosotros y eso me jode un poco. Yo adopto una actitud positiva y me hace gracia cuando pienso q podria volver a suceder. De momento sigo con mi lema de q la vida es fluir. Con las heteros me es igual de fácil y difícil. Me gustaria conocer a gente de la comunidad para contarles estas cosas porque entre mis colegas ya estoy etiquetado, como buenos fruscos saben lo que hay y me delatan o me critican y mis amigas me dicen q no les venga con psicología barata que ya conocen mis artimañas. También pienso q últimamente estoy abusando de este juego o igual es que lo estoy interiorizando y cuando una tia me gusta pongo en práctica lo q aprendo de vosotros, me comporto como un aven y no dejo casi respirar a mi frusco natural… esto es grave doctor?
Tenia ganas de escuchar una historia que me subiese el ánimo, aunque no se por qué…XD
Muy interesante.
Está bien hacer el camino de mujer bisexual predominantemente hetero, que funciona casi siempre como hetero, que empieza contigo como hetero y luego te descubre su bisexualidad y de ahí llegas al trío, investigando juntos y, por supuesto, también está muy bien el camino mujer bisexual predominantemente lesbiana, que funciona como lesbiana, que empieza contigo como amiga y de ahí se pasa a algo más, pero ella luego vuelve a lo que realmente le gusta más, manteniendo la amistad contigo.
No es frusco ser un hombre hetero en un club de lesbianas. En absoluto. A las lesbianas se las puede abrir, con sutiliza y poniendo en juego cierto grado de camaradería masculina. Funciona muy bien. A los hombres nos gusta descubrir en las mujeres lesbianas quizá nuestro «yo» femenino y a ellas igual, encontrar su «yo» masculino cuando se encuentran con un hombre hetero con el que se llevan bien. Es algo muy sensual. Y se desarrolla una amistad bastante sólida y muy complementada.
Además, poder desenvolverse bien en un set lésbico es muy hetero porque los gays chocan con las lesbianas. No se llevan bien. No se entienden. Están en el mismo barco pero no hay empatía. Varios hombres gays me han explicado esto muy bien.
Vi los documentales que pusiste en la otra entrada y viendo esta experiencia que teniste, creo que lo que dicen que las mujeres heterosexuales y las lesbianas se parecen mucho, es lo que podria explicar esto que te sucedio, talvez pensaron que no eras como los demas tios con bolas que llegan y las abren, ademas de eso tus conocimientos de la sexualidad de la mujer juega algo importante aca, ya que la mayoria de los hombres son guiados por lo que el porno para hombres les indica que tienen que hacer, lo cual no sirve de mucho tanto para las heterosexuales como las lesbianas. Talvez ese sea otro motivo por el cual a las mujeres les gusta experimentar con otras, esta es mi humilde opinion, al igual que vos, veo este tema interesante y me llama la atencion…
Gracias por tus aportes.
Muy bueno!
me vi en una situación similar y al final no supe escalar y termine soloamigueado, pero esas amigas les siempre me han confesado que han tenido como poco un hombre en su vida, ¿sera un aven?
Abrazos!
Qué decirte, Mario, qué decirte… Soberbio 😉
Me encanta cómo aplicas aquello de «Puede que no escale toda la motaña, pero nada me impide dar el primer paso». Cuando pones tus pies en el camino, nunca sabes a dónde éste te va a llevar.
Un fuerte abrazo ¡¡Sex Crack!!
Rompiendo las barreras de lo que parece posible, me quito el sombrero Mario, digno del más grande (por dentro, claro!jaja)
Esto nos demuestra hasta que punto es compleja (que no complicada), la psicologia femenina, en general, ya sea esta homo o hetero… increible
superior, me parece muy interesante como abonaste terreno en un desierto al parecer esteril del todo. es un ejemplo que estimula la imaginacion y que con la practica se queda en el subconsciente y sale como reflejo condicionado.
aprovecho para decir que cuando alguien te diga que esto es actuacion o un papel, como en le caso de un periodista que te entrevisto, pues esta comprobado que si no tomamos un papel pues nos toma otro papel, es decir; que si no tenemos un plan otro lo tendra para nosotros. cuando hablamos de lo social pues utilizar de lo que funciona, nunca dejaras de ser tu mismo porque el tu de antes fue formado por otras experiencias y el de tra antes tambien, por tanto un aven es un mejoramiento de las capacidades por el lado del camino corto y librar tiempo para otros papeles. por tanto sex code y sex crack practicado es una maquina del tiempo que hace que lo que normalmente a muchos hombres les tome meses tu lo hagas en cuestion de minutos sin invertir mas que rutinas. te felicito
La interacción bien, eso ya te lo han dicho todos; pero a mí me ha llamado mas la atención tu forma de contarlo. Estilo directo, sin chulerías y transmitiendo imágenes y emociones. Reconoces haber estado perdido, nervioso, inseguro…y hasta utilizas un guiño a tus fans (entre los que me encuentro): «¿qué haría Mario Luna?». Me ha gustado mucho el relato, y no puedo dejar de preguntarme…¿qué narices hacías tú solo en Chueca, Mario?. Un abrazo!
Me queda una pregunta despues de todo lo que se de ti Mario ¿por que eres tan grande?, ¿por que crear todo lo que has hecho? Es mucho 🙂
Un abrazo
El origen de la homosexualidad, en el centro de la polémica :
¿El cerebro de homosexuales es diferente al de heterosexuales? Esta es la duda que buscan desentrañar desde neurólogos hasta psiquiatras.
El cerebro de un homosexual reacciona de forma distinta al de un heterosexual ante las hormonas sexuales masculinas y femeninas,
La investigación de Ivanka Savic, quien ya publicó otros estudios en el mismo sentido, señala que el cerebro de los homosexuales responde de forma similar al de las mujeres heterosexuales ante una hormona sexual masculina. En cualquier caso, aunque aprecie diferencias entre la homosexualidad femenina y la masculina, el informe subraya el origen biológico de la homosexualidad.
El componente biológico de la homosexualidad es ampliamente debatido en la comunidad científica. En nuestro país Adrian Helien, psiquiatra y sexólogo del Hospital Durand, lo explicó así: «El cerebro es la sede y el comando de las cogniciones y emociones que definen la orientación sexual. Se postula sobre todo una zona del cerebro llamada hipotálamo como la responsable. Parece ser que lo que este pequeño órgano hace, entre otras cosas, es servir de traductor y modulador entre el cerebro y los sistemas hormonales. Por tanto, no sería extraño que una de las funciones del hipotálamo fuera regular el comportamiento sexual».
ANTECEDENTES HISTORICOS
Hasta el siglo XX no se conocía prácticamente nada sobre la historia mundial de la homosexualidad, ya que existía en la vieja mentalidad occidental un tabú de inspiración religiosa que impedía su investigación y divulgación. Sin embargo la investigación histórica de la homosexualidad, que empezó en Berlín en 1899, fue suprimida por los nazis en 1933 y volvió a renacer en Estados Unidos en 1950, ha conseguido sobrevivir y se ha convertido en un importante campo objeto de estudio.
En la Grecia antigua las conductas homosexuales masculinas eran el común. Los griegos practicaban simultáneamente las relaciones homosexuales y heterosexuales, tanto dentro como fuera del matrimonio.
Los grandes pensadores, filósofos y, en general, los hombres famosos tenían sus amantes jóvenes (conocidos como éfebos), algo conocido y respetado socialmente, pues se concebía que el maestro (papel activo => masculino) enseña y quiere al alumno (papel pasivo => intersexual). Sin embargo, la figura del homosexual pasivo que sobrepasara los 16 o 17 años se veía como una perversión; un ejemplo era el desprecio que se profesaba a las ligas masculinas de este tipo, como el Tropel Sagrado de los 300 tebanos.
LA HOMOSEXUALIDAD
Consideramos que es homosexual aquel individuo hombre o mujer que siente atracción erótica hacia miembros de su propio sexo, puesto que es posible sentirse atraído por alguien sin que haya en ello nada erótico. Habría que distinguir entre personas con inclinaciones homosexuales, o cuya orientación sexual es homosexual, y personas que toman parte en actos homosexuales. Se puede admitir que un individuo puede ser homosexual por inclinación y, sin embargo, tener una conducta heterosexual y al contrario, ser heterosexual. y por diversas razones, comportarse homosexualmente. Un término muy utilizado en los escritos sobre homosexualidad más recientes es el de “Identidad homosexual”.
Homosexualidad es todo tipo de acción o atracción sexual entre individuos del mismo sexo. Actúa (se estimula) en una persona cuando y solamente entonces los atributos del mismo sexo han sido previamente erotizados es decir, cuando han llegado a ser considerados como sexualmente significativos (sexualmente estimulantes). Desde el momento en que un sujeto se ve estimulado sexualmente por otro individuo del mismo sexo, es que al menos parte de esos atributos de ese sexo han sido erotizados y que la experiencia es plenamente homosexual
¿A qué llamamos sexo?
Los biólogos dedicados a la antropología consideran que hay al menos 5 tipos de sexo que de «dentro hacia fuera» son:
• Sexo Genético. Es el más simple. El hombre tiene 22 pares de cromosomas morfológicamente iguales y un par morfológicamente distintos que es precisamente el par que determina el sexo físico; mientras que la mujer tiene 23 pares de cromosomas morfológicamente iguales. La diferencia de forma en los cromosomas del par 23 en el hombre es que uno de ellos es menor que el otro por lo que tradicionalmente se representa como XY mientras que la mujer se dice que es XX, donde X es el mayor y Y el menor. No está demostrado, o por lo menos no he encontrado indicios, que el cromosoma Y contenga porciones que no estén presentes en el cromosoma X, mientras está claro que el cromosoma X contiene fragmentos que no están presentes en el cromosoma Y, ya que este es menor. Un ejemplo más concreto es la hemofilia que se considera un gen recesivo que se presenta en el cromosoma X. Todos los hijos varones de una mujer hemofílica con un hombre no hemofílico, serian hemofílicos mientras que ninguna de sus hijas lo seria. En la mayoría de los peces los cromosomas responsables de la diferenciación sexual no son morfológicamente diferentes y se dan muchos casos de cambio de sexo espontáneo por la edad e incluso por un simple desequilibrio en la proporción de sexos en una zona, como puede comprobar fácilmente cualquiera que tenga solo machos de guppi en un acuario.
• Sexo Físico o Biológico. Son los atributos físicos y funcionales primarios y secundarios que caracterizan aun sexo. Los primarios están presentes ya desde el nacimiento, los secundarios se presentan durante la pubertad por la maduración de los primarios, o sea, por acción de hormonas segregadas por los primarios. Ya desde antes este tipo de sexo se ha modificado; por ejemplo los castrados. Hoy en día, entre la química y la cirugía, se hace casi cualquier cosa.
• Sexo Mental. La auto-identidad es el fenómeno que permite que una persona se identifique con un determinado colectivo. Una persona puede sentirse hombre o puede sentirse mujer a pesar de su sexo genético y/o biológico. Hoy se admite ampliamente o por lo menos así se dice que una persona tiene una determinada personalidad «encerrada» en un cuerpo del otro sexo. El budismo atribuye la homosexualidad a una disparidad entre el cuerpo y el alma de una persona (causa de un error en la reencarnación).
• Sexo Cultural. Es el que determina las características de cada sexo en una determinada sociedad. Lo que se denomina masculino y femenino. Se compone no solo de una serie de pautas de comportamiento y tabúes sino también de objetos propios de las tareas para las que piensa que están capacitados. Un ejemplo: las pistolas en esta sociedad son un objeto masculino mientras que las faldas son un objeto femenino.
• Sexualidad. Es el hecho de la actividad sexual de una persona. Cabe preguntase si solo la plasmación de que los distintos sexos reseñados anteriormente están armonizados o si tiene una vida propia. Como parecen indicar aquellos que piensan que la violencia sexual de cualquier tipo por parte de un homosexual (violación, tocamientos e incluso intento de seducción sin contacto) puede generar homosexualidad y que justifican la no adopción de niños por parte de homosexuales por el evidente peligro de corrupción de los mismos.
Existen diversas teorías (ninguna comprobada) que pretenden dar explicación al la homosexualidad desde diferentes puntos de vista:
Apariencia de un homosexual
Según uno de los mejores tratados de modernos sobre el tema, existen cuatro estereotipos de homosexuales varones:
• LLAMATIVOS. Realizan movimientos femeninos, se maquillan y visten ropa de mujer (aunque la mayoría de los travestidos no son homosexuales).
• MACHOS. Amantes al fisiculturismo, usan camisas ajustadas y pantalones ceñidos para ostentar sus abultados genitales.
• AMANERADOS. Hablan con voz suave y se mueven con ligera muestra de dulzura.
• NO IDENTIFICABLES. Parecen completamente comunes y no despiertan sospechas; la mayoría es así. En este grupo se encuentran los bisexuales, que mantienen relaciones con personas de ambos sexos.
Querida Teresa
¡Cómo te estás soltando!
Respecto a los griegos: «Erómenos» (el adulto) y «erastés» (el más jóven).
Pero las griegas también fueron pioneras. Ya sabes, Safo y la isla de Lesbos.
Creo que la pansexualidad que se vivía en el mundo griego hace ya bastante tiempo que ha regresado. Estamos de nuevo en una sociedad pansexual.
La apariencia de los gays es algo interesante. El tipo de gay por su manera de comportarse, modales, movimientos, labia, etc. que a mí siempre me ha llamado la atención (socialmente) es el modelo Oscar Wilde: maneras suaves, cortés, conversador, sensible, mucha sensibilidad femenina, dandy… pero un tipo de un metro noventa de estatura y físico de jugador de rugby, que le sacudió pero bien a un compañero suyo de clase, en la universadad de Oxford, por llamarle «maricón», y que no tenía ningún inconveniente en batirse en duelo cuando hiciera falta y en meterse en los pleitos que hiciera falta. Y ese fue el gran error que cometió. Aguantó seis años de trabajos forzados cuando álguien de su posición no hubiera aguantado ni quince días. Y después de soportar la cárcel estoicamente y escribir un par de obras maestras de la historia de la literatura universal estando entre rejas, a los pocos años murió de la manera más idiota: una intoxicación de mejillones que había comido en un restaurante belga de París. Ce’st la vie.
Las clasificaciones lésbicas femeninas, según lo que tengo observado:
-Femme o «lipstick».
-Andrógina femenina o soft butch. Fascinante.
-Andrógina masculina o hard butch. Tiene mucho «martillo» (el equivalente lésbico a la «pluma»)
-Complétamente maculina. La concocida como «camionera».
La mayoría de las que te encuentras en cualquier lesbobar suelen ser femme o soft burch. No he visto tantas hard butch o camioneras porque supongo que esas van a clubs más restrictivos donde no dejan pasar a hombres.
Hola Mario, tus experiencias sociales parecen no tener límites, eso está bien , así puedes seguir recopilando información para futuros libros.
El tema de la homosexualidad es realmente fascinante por el gran desconocimiento que se tiene, cuando es algo tan antiguo como el mundo.
Existe cantidad de información para poder entender ese mundo, yo me he permitido publicar en el blog un «aperitivo».
Un besote
Increible,te as superado a ti mismo mario =),voy a volver a exarle un ojo a ver si aprendo algo +
Mucho que aprender de ti Mario Luna tu Sargeo Trabajo muy divertido . Me ases sentir desnudo y vulnerable como un recién nacido que espera por su SexCrack.
las mujeres no somos complicadas, aunque podria aventurar en considerar cierta curiosidad por las oportunidades que se nos presentan. creo q eso me sucede a veces… sera?