Creíamos haber resuelto el caso.
La manipulación del programa se había denunciado. El juego atómico de Núcleo había quedado vindicado. Por fin, la verdad había sido descubierta y expuesta ante todo aquel que se interesara en ella.
Ahora bien, las cosas no siempre son lo que parecen. Por lo que puedes, supongo, imaginar mi turbación al descubrir que…
NOS EQUIVOCÁBAMOS.
Lo cierto es que la solución sólo podía encontrarse escarbando en el pasado. Había que retroceder, desenterrar evidencias, mancharse las manos. Pues el origen de esta historia resultó ser más antiguo de lo que creíamos. De hecho, se remontaba a años atrás. Antes, incluso, de que Sex Code fuera fundado.
Y teníamos la clave…
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