Lo he oído un millón de veces; resulta que la chica a la que decides abrir no es la más atractiva del grupo. De hecho, la has abierto por eso, porque no es la más atractiva. De esta forma, pretendes tantear el set y a tu objetivo e ir acercándote a él: la chica que te gusta. Además, crees que la chica más atractiva está más acostumbrada a que se le acerquen los chicos y que es muy probable que reaccione mal.

Pero, claro… al hacerlo, algo falla. La chica menos atractiva, no ha respondido todo lo bien que creías que iba a responder.

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¡Menos mal que no he abierto a la guapa!  ¡A saber cómo hubiera respondido! – Te dices.

Pero esto no es realmente así. De hecho, la chica a la que has abierto no se siente atractiva y, muy seguramente, sepa que no te gusta ella, sino que te gusta su amiga. ¿Te has preguntado la de veces que habrán abierto a esa chica «menos atractiva» porque les gustaba su amiga que «está cañón»? Podríamos contestar que decenas, y seguramente no nos estaríamos equivocando.

Pero, no sólo eso. Sino que puede ocurrirte que, aunque abras a la chica que más te atraiga de un grupo, ella siga sin creer que tú puedes estar atraído por ella.

¿Por qué? Bueno, entiende que también hay chicas con falta de confianza en sí mismas.

A esto le llamamos el SÍNDROME DE DULCINEA.

Te dejo con mi último vídeo, donde explico (con bastante frío, ¡todo sea dicho!) el Síndrome de Dulcinea y cómo superarlo.

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