Menuda nochecita he pasado. El caso es que desde que conseguí recuperar las riendas de mi vida mi apetito sexual estaba completamente satisfecho y no he tenido la sensación de necesidad absoluta. También es cierto que no nado en la escasez. Pero esta noche ha sido un auténtico calvario. He soñado con mi amigo Mario y algún otro que no sabría decir junto con una magnífica rubia dándonos el lote toda la noche. Y pensaréis, ¿qué tiene eso de malo? Pues que los sueños son algo caprichosos y te fastidian por donde menos te lo esperas. Resulta que yo no llevaba condón y entonces todo eran jueguecitos pero no se la podía meter, así que me he despertado con un dolorcillo de webs importante, jejeje. Nada que, la que más confío, es decir, mi mano derecha, no haya solucionado.

La báscula marca 85,6Kg en una mañana tranquila que aprovecho para meter más datos y nada de playa porque los findes se estropea el día para no permitir a los pobres currantes darse el lujo de tomar el sol.

A las 16h etapita en bici. Ahora sí que vamos a poner a prueba las reservas. Así que para asegurarnos y teniendo en cuenta que al parecer las 3 golosinas fueron como los frijoles de bola de dragón, me tomo tres trocitos de melón. Con el primero de ellos me cae una lágrima. El segundo sigue estando magnífico. El tercero ya me empacha. Increíble pero ya no quiero más.

La etapa es algo relajada debido a que mis compis hicieron una etapa ayer impresionante y hoy es para desentumecer. Yo me veo bastante bien y puedo seguir el ritmo tranquilo. En la paradita me tomo una naranja pequeña en el bar para no quedarme tirado. La naranja llevará meses allí pero a mí me sabe a gloria. La vuelta sin incidencias e incluso consigo ganar una carrerita que hacemos poniéndo la bici a casi 50km/ en llano.

Bien cansadito llego a casa para ducharme y descansar. Cuando estoy a punto de dormirme llega un precioso sms de la TB del gim. Me desea que haya pasado un buen finde. Le contesto con placer y, con esa sensación, me diluyo en mis sueños…