seducción: la noche del salmón

«La noche del Salmón: el de mi cena y el que tenía a mi lado»

Tras seis largos y duros meses de trabajo emocional y físico, compaginando mis tres trabajos e intentando olvidar mi etapa amorosa anterior, decidí salir a investigar, conocer el mundo internauta y, con él, gente de todas las índoles: hombres y chicos de diversas edades, culturas, ámbitos sociales y laborales. Desde lo más común como policías, empresarios, informáticos, pintores, médicos, etc. A lo más atípico de encontrar como leñadores, toreros, futbolistas (recuerdo uno en especial de la selección inglesa)… O sea, hombres de lo más variopintos. Sin ánimo de desmerecer NINGUNA de sus profesiones. ¡EN ABSOLUTO!

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La impactante mirada de esos azules ojos me impresionó. Pero mi sexto sentido me decía que había algo demasiado serio, estricto y dirigente detrás. Aún así decidí embarcarme a la aventura. No sólo quería saber qué había detrás de esos ojos, también de esas palabras que cada tarde intercambiábamos a través del chat. Yo aún estaba un poco pez en el tema Internet y, por supuesto, en el tema nuevos hombres.

Tras un mes de charlas, risas y, no voy a negaros, alguna que otra pincelada machista por su parte, accedí a quedar con él. No me gustaban nada esas pinceladas, pero por otro lado me hacían sentir más curiosidad.

Así que una tarde de primavera, quedamos en los 30 minutos de descanso de uno de mis trabajos. Esos impactantes ojos llegaron dentro de un casco BMW, y cómo no, el señorito llegaba con una impresionante motaza de la misma marca. Os informo de que no me pasa desapercibido el mundo del motor. Digamos que me pone la adrenalina a 100.

Su inmensa y excesiva sonrisa se acercó a mí. Me rodeó con su 1,82cm de altura y entonces se apagó el poco Sol que quedaba de aquel atardecer.

Tomamos un café breve con una escasa charla de la que deduje que, efectivamente, ése Geo era algo bastante machista. A pesar de ello me seguía inquietando conocerlo más. (Hoy por hoy me habría negado porque estoy mucho más situada y sé lo que quiero y, sobretodo, lo que no quiero. Entonces fue el resultado de la falta de cariño y de calor que tenía por parte del sexo opuesto).

Seguimos quedando: a tomar cafés, alguna cena en restaurantes y alguna que otra copa de las pocas, por no decir ninguna, que suelo beber. Teníamos en común algunos gustos por el deporte: la defensa personal y la activa vida laboral, y… ¡POCO MÁS! Por no deciros: ¡¡NADA!! Aún así, no sé porqué, accedí al reto que me propuso: Demostrarle que era una buena cocinera haciéndole una cena. Aquel personaje intentaba dejarme por tierra en ese tema y… algunos más.

Sinceramente no sé de dónde saqué yo ese orgullo tan estúpido en aquel momento. Pero salió y acepté el reto. Ese hombre no me iba a dejar por los suelos (idiota de mí y machista de él).

La noche había caído y el reto estaba servido. Que absurda situación… Pero aquellos impactantes ojos con esa penetrante y dominante mirada no me iban a dejar sin mis armas de mujer: dentro y fuera de la cocina; dentro y fuera de las conversaciones; dentro y fuera de la intimidad…

El salmón al horno (exquisito) con guarnición y unos entrantes estaban casi a punto y ya impregnaban de aroma la cocina cuando el Sr. OR llamó al timbre. Subió, besó mis labios y preguntó:- ¿En esta casa sabe alguien cocinar? Seguidamente se sentó en el sofá y se colmó de gloria con la frase:- Espero que me pongas la cena en la mesa si es que has sabido cocinar-. En ese momento le habría metido el salmón por las orejas, pero yo tenía que quedar como una señora y dejarlo a él como un… mamarracho. Cosa que quedaría definida a medida que se fueron sucediendo más sus actos y sus palabras. Quiero pedir disculpas por mi reactividad pero… ¡Tal machismo siempre ha podido conmigo!

Admitió que la cena era de su agrado cuando ya estábamos consumándola. Disfrutábamos de una larga conversación y la cosa se empezó a calentar. El horno se puso a 320º sin haberlo encendido puesto que comenzó a acariciarme de una forma nada delicada. Los besos, sin embargo, sí eran dulces. Menos mal que había algo que me agradaba a parte de su mirada. Si no, se podría decir de mí que, o bien era masoca, o tenía una imperiosa necesidad de sexo puro y duro. Pero no era ni una cosa ni la otra.

Cuando yo ya estaba prácticamente desnuda, él aún tenía su camiseta negra puesta… ¡Y no había manera de quitársela ni con 6 manos! Se avergonzaba de su barriga. Aquel parecía ser su punto débil. Para mí no presentaba ningún problema, pero lo era tanto para él que acabó siéndolo incluso para mí. ¡Menudo personaje! Me pareció una situación patética. Estaba frente a un condón personificado al que NUNCA MAS PENSABA VOLVER A VER. Así que, si quería que sucediese algo, por primera vez me iba a tocar, no sólo tomar la iniciativa, sino dominar toda la situación. Nunca me ha gustado tener que hacerlo yo todo o dejarme hacer por completo, por lo que llegué a sentirme, por un lado, idiota por haber llegado a ese extremo y vencedora por haber superado con creces todos esos estúpidos retos.

Y para colmo: ¡Que malo era en la cama! Con ese intento frustrado de dominación que ni disfrutaba ni dejaba disfrutar.

Terminó la noche, le despedí con una sonrisa y un pensamiento en mi cabeza: Menudo salmón… me refiero a la cena, jejeje. Menudo salmón más bueno he cenado y que ‘personaje’ más extraño se había colado en mi cama; a quien debiera haberle hecho un mapa para poder alejarlo de todo su egocentrismo. Pero… ¡QUE SALMÓN MAS BUENO COCINÉ!

Los Geo tienen fama de ser demasiado duros, creídos, estrictos y tal vez prepotentes por su trabajo. NO TODOS SON ASÍ, pero desgraciadamente me topé con uno de ellos. Probablemente con el estandarte que caracteriza esa mala fama.

Después de aquello perdió para mí todos sus puntos. Me hizo sentir como una esclava por tener que demostrarle mis dotes como cocinera, ama de casa, seductora… ¿Qué se había pensado?. A pesar de su insistencia, nunca más volví a mediar palabra más allá de un hola y adiós por el chat. Un mes después decidí eliminarlo como quien no quiere la cosa. Vamos… como quien No Quiere Un Egocéntrico ni en su vida, ni en su conexión a Internet.

¡Pufff! Más espacio en mi lista de contactos, jajajaja. Perdonad mi sarcasmo, pero aquella situación me pudo y, por suerte (o por el trabajo de gente como Sex Code), no se ha vuelto a repetir nada semejante. ¡Gracias!

Bajo mi punto de vista, cualquier hombre pierde toda su seducción y saber estar ante una mujer cuando la hace sentirse inferior y la pone a prueba de esa manera.

7 Comments

  1. Muy didáctico, gracias.

    Dixit: «Después de aquello perdió para mí todos sus puntos. Me hizo sentir como una esclava por tener que demostrarle mis dotes como cocinera, ama de casa, seductora… ¿Qué se había pensado?. A pesar de su insistencia, nunca más volví a mediar palabra más allá de un hola y adiós por el chat. Un mes después decidí eliminarlo como quien no quiere la cosa. »

    Hasta tu «iluminación venusiana»: ¿Este sentimiento había sido común o, más bien, poco común en la historia de tu vida?

    ¿Y en la vida de tus amiguitas?

    Saludos y suerte con otros miembros de operaciones especiales!

  2. Hola! Soy Caronte y les escribo desde Argentina. Creo que esta situación es muy gráfica en varios sentidos, ya que aquí el hombre pidió muchas pruebas pero no ofreció casi nada (salvo una DAV en un primer momento y nada más). Por otro lado, aplaudo a esta reina que leyó SexCode y ahora tiene mucho mas claro qué es lo que puede esperar de un hombre y no conformarse con pequeñeces. Un abrazo grande a toda la gente de SC y sigan con los éxitos.
    PD:A ver para cuando una visita por la Buenos Aires.

  3. Gracias Sasa,

    Lo cierto es q este comportamiento había sido poco común en la historia de mi vida y sinceramente, prefiero no toparme con otros miembros de operaciones especiales, pues…muy diferente tenía que ser :PP. Porque aquel día primero me sentía humillada dentro del reto y después ya pensé que había quedado como una señora a pesar de tener q demostraro de aquella manera algo absurda.
    Un abrazo!!

  4. Gracias Caronte,
    Estoy contigo en tido lo que dices, desde lo que pidió OR, lo que mostró al final y lo que pude sacar de positivo de la situación gracias a las pistas de SexCode. Así como lo que se puede esperar o no de un hombre en un momento semejante.

    Tomo tu palabra de lo de Buenos Aires, e igualmenete aquí todos nosotros (SC) estaremos encantados de recibirte en España.

  5. Que decepción!Por suerte siempre habrán hombres mejores que esos machistas y con esa dominancia que no hace más que enmascarar sus signos de debilidad ante la vida.
    Bonito relato y buena mentalidad la de quedarse con lo positivo de la historia, ese salmón mmm…

    Mr. C

  6. Por supuesto Corvax,
    Siempre nos quedaremos con lo positivo, ya sea un buen salmón cocinado, una experiencia divertida si la hubiese sido,o…un gran seductor si se hubiese dado el caso, 😛
    Pero siempre exprimiremos el momento para ver lo positivo del este, ya venga de la propia experiencia o de la persona en concreto, quien lo sabe???

    Un saludo

  7. Has descrito con increible coincidencia el clasico relato de supermacho ignorante (q los hay y muxos) , pero sobre todo has dejado ver la situacion mas extraña que se crea en cuanto tu buscas una figura de maxo virtual y aun dandote cuenta de lo debil que era , seguiste ocupando la posicion dominante pese a tus necesidades de abandono bajo la sguridad de la fuerza que el proyectaba ,a traves de su imagen y su ocupacion laboral, por que en el fondo no es siquiera sexo puro ,es vivir en el momento en que te apetece,,el descanso y la paz de sentirnos protegidas, tanto pasa en la hembra como en el varon, aunque este último vea condicionado por la historia social ese tipo de abandono.
    Como has dicho espero sinceramente que este tipo de sirtuaciones hayan dejado de suceder en tu vida, por que si me admites una confesion…..yo he sentido..tu soledad esa soledad que hace que antepongas tu razon a tu instinto , (por que ya habia dado claros sintomas de debilidad)y este tipo de soledad solo se llena con tu presencia…los demas son sombras del paisaje…importantes para guiar o intecambiar opiniones y puntos de vista…pero no para llenar nuestros vacios.

    ATTE LY

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