
Quieren convertirse en Aven. Quieren ser cracks de la seducción. Pero, nueve de cada diez veces, el error siempre es el mismo.
Me explico…
Pon que soy Mario Lunasi: el mejor coach de tenis del mundo.
Un señor que jamás ha jugado al tenis me ha fichado como su entrenador personal. Se está gastando una pasta, está invirtiendo tiempo y esfuerzo. Pero me pregunta:
Frustenista: Coach Lunasi, quiero ganar a Nadal.
Mario Lunasi: Genial. Estás con el hombre indicado para mostrarte el camino.
Frustenista: ¿En serio? ¡Qué alegría! Y dime, ¿cómo debo darle a la raqueta para verlo morder el polvo?
Y ese es el principio de los problemas. Nuestros problemas.
Mario Lunasi: Verás -le explico-, el tenis no va solo de dar raquetazos perfectos. Hay cosas más importantes en tu juego.
Frustenista: ¿Ah sí? ¿Cosas como qué?
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