ligar con una chica con monitis

Sargeo: ligar con una chica con monitis por Pecado

10 Ene 2007 02:43 am

Anoche quedé con Alicia, una TB con la que había llegado a R1 unos días antes. Todo parecía ir correctamente cuando empieza a hablarme de un chico que le gusta y con el que no sabe qué hacer.

A mí me saltan todas las alarmas. ¿Está tratando de solamiguearme?

Me da el bajón y me quedo unos minutos escuchando la historia de cómo se conocieron y las casualidades del destino que hicieron que ella se fijara en él. Trato de animarme analizando mentalmente el juego del tío del que me habla, pero me desconcierta con reflexiones del tipo: «si sumas el número de patio de su casa con las últimas cifras del número de teléfono y lo divides por el año que nací sale su fecha de cumpleaños».

Tengo que sacarla de ese estado, darle una patada emocional, inventar algo. Lo que veo claro es que, si continúo escuchando su historia diez minutos más, me va a arruinar el juego interno para lo el resto de la semana.

Analizo la situación: lunes por la noche, la una de la madrugada, seis cervezas vacías en la mesa, ella se tiene que levantar a las siete de la mañana y se queda hablando animadamente conmigo, sola, en un pub donde no nos conoce nadie, cerca de mi casa y lejos de la suya (vive en un pueblo): ¿Cómo he caido en la zona amigos? ¿Tan malo es mi juego?

Me vienen a la memoria las palabras de Sergio: «cuando una mujer sale entre semana es para sexo; lo que tienes que hacer es tener en cuenta la hora, porque si se hace tarde pierdes todas las opciones».

Se me ocurren algunas salidas, pero no terminan de funcionar. Le cuento una anécdota que se relaciona remotamente con lo suyo, donde incluyo elementos de valor, pero ella me arrastra de nuevo. Creedme, en este caso estábamos cumpliendo a rajatabla la regla de 90/10, pero al revés.

En un momento se me ocurre decirle «Si estás tratando de seducirme, vas por mal camino», pero eso suena ya a recurso extremo por desesperación, y todavía no he perdido la esperanza, así que no abro la boca.

Entonces tengo una idea. Se me ocurre en bloque, con todos los pasos, y me parece tan obvia y sencilla que me enfado conmigo mismo por no haberla tenido antes.

Aven: Esto hay que arreglarlo, Alicia.

TB: ¿Qué?

Aven: Tienes que conseguir a ese tío. Deja de darle vueltas y busquemos una solución.

TB: Ya, pero tiene novia, y además es mi profesor… (Le da clases en una academia.)

Aven: No te preocupes, te voy a explicar cómo tienes que hacerlo. Lo primero que tienes que decirme es: ¿Qué prefieres, una noche de sexo o muchas noches de caricias?

TB: Jajajaja. Es una pregunta difícil. Caricias, claro, pero es que tiene novia, así que creo que sólo puedo tener una noche de sexo, o bueno, algunas noches de sexo.

Aven: Sé lo que quieres decir. Lo que te gustaría es no tener que elegir. Prefieres tener sexo y caricias continuamente.

TB: Jajaja. Claro!

Aven: Pero tienes que elegir, porque el consejo es distinto. (Dejo una pausa. Ella me está escrutando con la mirada.) Mira, si lo que quieres es una noche de sexo, es muy fácil. Te acercas a él al final de la clase (me acerco), y le dices en plan sensual (y le digo en plan sensual): «Escucha, los dos sabemos muy bien lo que está pasando aquí». (Ella se ríe, yo me acerco un poco más.) «Anda, vamos a mi casa esta noche». (Vuelvo a dejar una pausa. Ella me está mirando, medio reflexiva, y le sale una risita nerviosa.) Puede que la primera vez el tío piense: ¿Dónde está la cámara oculta?, o que le estás tomando el pelo. Pero tranquila, la segunda o tercera ya lo irá pillando, y terminará en tu casa.

TB: Ya… Claro, claro, si te entiendo. Pero no se… Yo no me veo haciendo eso.

Aven: Pues es bien fácil. (Risas.) Si supieras las cosas que tenemos que hacer los tíos… (Risas.)

TB: Bueno, eso no lo voy a hacer. Sé que no lo haría.

Aven: Es demasiado directo.

TB: Claro.

Aven: Pero aún no me has respondido a lo que te he preguntado. (La miro fijamente.) ¿Qué es lo que quieres, una noche de sexo o múltiples noches llenas de caricias?

TB: (Risas.) Caricias, caricias.

Aven: Muy bien. (Le cojo de la mano.) Pues te voy a explicar cómo tienes que hacerlo.

TB: Vaya, Pecado, parece que sabes mucho de estas cosas. (Me suelta la mano mientras dice esto, y por un momento siento cómo el corazón me deja de latir, pero vuelve a dejarla como antes, y esta vez es ella quien me la coge a mí. Después de esto, me convenzo de que la TB se encuentra en un estado favorable.)

(A partir de aquí os explico el resto de la rutina sin entrar en detalles de cómo progreso con la kinoescalada. Dad por sentado que empecé con la mano y terminé acariciándole la nuca y abrazándola.)

Aven: Tienes dos problemas, correcto. Por una parte, él tiene novia, y por otra es tu profesor, por lo que su comportamiento está muy condicionado.

TB: Si…

Aven: Pero sabes dónde suele salir, según me has dicho. De hecho, ya te lo has encontrado dos veces en ese pub.

TB: Ya, pero no sé cuando sale.

Aven: Eso se lo vas a decir tú.

TB: ¿Qué?

Aven: Sí, primero vamos a pensar que el tío es inteligente. Si es tonto ya buscaremos otra forma.

TB: Jajajaja. No te entiendo.

Aven: El próximo día que tengas clase con él, vas a acercarte y le vas a decir: «¿Vas a ir al pub ese esta noche?» Lo más seguro es que te diga: «No sé…, quizás…». Tu respuesta va a ser: «Yo sí voy a ir. Anda, pásate, si quieres.»

TB: Jajajaja… (Yo aprovecho los momentos de risa para progresar con la kinoescalada.)

Aven: Ojo a las palabras, que son importantes: Pásate, pausa, si quieres.

TB: Claro.

Aven: «Si quieres pásate» es justo lo contrario a «Pásate, si quieres».

TB: Entiendo. Pero, ¿no es un poco fuerte?

Aven: En clase no vas a poder hacer nada. Olvídalo. Allí él no va a dar ningún paso en falso. De hecho, ese pub es un punto intermedio. Allí le conocen. Además, lo más seguro es que aparezca acompañado, igual que tú.

TB: ¿Y yo con quién voy?

Aven: Irás conmigo. Yo desapareceré cuando toque. Además, necesitas a alguien que entretenga a su amigo o amigos mientras tú te quedas a solas con él. (Ella me mira otra vez, escrutadora.)

Aven: Lo que vamos a hacer es ir al pub y dejar pasar el tiempo. Yo haré como que me voy. Estaré fuera unos minutos, de manera que él tendrá una oportunidad de acercarse a ti. Si reúne el valor de acercarse ya tendrás el 50% del camino hecho.

TB: ¿Y si no viene?

Aven: Entonces tendremos que obligarle. (Risas.) Lo importante es que muestres interés, pero no hagas nada que le ponga incómodo ante sus amigos. Nada de tocarle (la toco), ni acercarte demasiado (me acerco a distancia pre-beso, y ella no retrocede) eso lo estropearía todo (esto lo digo a esa distancia, y veo que me mira los labios, tras lo que retrocedo a la distancia normal). (Nos quedamos mirándonos.) Pero lo más seguro es que no lleguemos tan lejos allí. (Pausa. Bebo un poco, ella también bebe.) Pero no te preocupes, el objetivo allí no es progresar. Lo único importante es sacarle de allí y llevarlo a un lugar donde no le conozcan, aislarle. (Otra pausa. Ella hace comentarios que no vienen al caso, por lo que no los anoto aquí. También pedimos otra cerveza.)

TB: ¿Y ahora?

Aven: Ahora viene la parte más divertida. Tienes que practicar conmigo.

TB: ¿Qué?

Aven: Sí, tienes que hacer como si yo fuera ese tío. (Risas.) A ver, levántate. Tú estás sentada en clase. Yo soy tu profesor. Ven y dime si salgo esta noche.

TB: Anda ya!

Aven: ¿Cómo quieres hacerlo bien si no lo pruebas antes? Anda, siéntate allí y acércate. Yo estoy aquí… corrigiendo exámenes. (Risas. Ella se sienta unas mesas más lejos y tarda un buen rato en decidirse.) Ufff… Qué aburrido es corregir exámenes. (Risas.) Estoy sooolo, esperando a que algo me saque de la rutina profesoril… (Risas.)

TB: ¿Cómo era? Es que esto es muy difícil.

Aven: ¿Difícil? Si está tirado… «¿Vas a ir esta noche al pub ese?» Pausa, que él diga algo. «Yo sí que voy. Pásate, anda, si quieres».

TB: (Risas) Vale, voy.

Aven: Estas alumnas… No entienden nada. (Risas.)

TB: (Como si pidiera limosna.) Hola, ¿vas a salir esta noche? Em…

Aven: Fatal! (Risas.) Tú eres guay. Sales esta noche, ¿qué forma de transmitir es esa? (Risas, abrazos, qué buena oportunidad de hacer kino cuando ella está nerviosa.)

TB: Vale… (Vuelve a su pupitre imaginario. Se acerca.) Ey, ¿sales esta noche?

Aven: Ey Alicia! ¿Qué tal? ¿Esta noche? Ufff, no sé… Tengo exámenes que corregir. (Risas.) Pero igual me viene bien para desconectar un poco. Mi vida es tan aburrida, ¿sabes? (Risas.) ¡Qué alegría que me saques tú de mi rutina de profesor!

TB: Ok, pues yo iré seguro. Pásate, venga, nos vemos allí.

Aven: Mucho mejor. Está casi bien. Sólo tienes que pensar que yo estoy corrigiendo exámenes, y tienes que esperar antes de lanzarme la pregunta. No querrás tener que repetirla, ¿no? (Risas. Ella me abraza, yo la estrecho entre mis brazos. Miro el reloj. Son las dos de la madrugada. Mierda.)

Aven: Bueno, ya has conseguido la primera parte. Ahora hay que pensar en qué hacemos en el pub. En el peor de los casos, él sólo se ha acercado a ti para saludarte, pero no ha hecho nada más. No importa. En ese pub no va a pasar nada. Hay que llevarlo a otro bar, y buscar que os quedéis solos…

TB: ¿Y cómo lo hacemos?

Aven: Muy fácil. Te acercas para despedirte. Nos vamos. Él piensa «mierda, se va». Pero le dices «Me voy a un bar aquí al lado». Vamos a practicarlo… ¿Ves a esos chicos de allí? Yo ahora me voy a acercar y hablaré con ellos. Tú te acercas y me dices: «Ey, me voy a un bar aquí al lado. Pásate luego, si quieres.» Y nos vemos en el bar de al lado.

TB: ¿Qué? No, eso no lo hago. (Risas.)

Aven: Pues si no eres capaz de hacerlo conmigo, ya me dirás cómo lo haces con él. Tienes que sacarle de ese pub. Llevártelo a un contexto de seducción. Aquí le conocen.

TB: (Risas. Me levanto.) Espera, no, no. Lo hago aquí, contigo.

Aven: Vale, pero rapidito.

TB: (Se aleja y se acerca. Tenemos a todo el pub mirándonos.) Ey… Yo me voy al bar de al lado.

Aven: Si está con gente di «nosotros». Si está solo di «yo».

TB: Ok. (Vuelve atrás.) Ey, nosotros nos vamos al bar de al lado. Pásate si eso, luego, ¿vale?

Aven: Bien, pero tu cuerpo me está diciendo «me quedo». Tu cuerpo también habla. De hecho, habla más alto que tú, y te contradice. Mírame a mí. Siéntate. «Ey…» Pausa. Que te mire. «Nosotros nos vamos al bar de enfrente. Pásate luego.» (Le guiño un ojo, ella se ríe.) Vale, ahora tú.

TB: Ok. «Ey… Nosotros nos vam…»

Aven: Escucha, es tarde ya. Mañana tú tienes que madrugar. Acércame a casa y ya seguimos con esto otro día.

TB: ¿Qué? Hombre, no es tan tarde.

Aven: Esto lo están cerrando ya.

TB: Bueno, vale…

(Salimos del pub. Me acerco a ella y la cojo de la cintura. La acerco a un tío que hay en la puerta del pub.)

Aven: (Al tío.) Ey… Nosotros nos vamos al pub de la esquina. (Ella se ríe y se me abraza. El tío se queda con la boca abierta, mientras nos alejamos.)

(Vamos a por su coche. Me acerca a mi casa. Hablamos de otros temas. Paramos en el patio y nos quedamos un buen rato en el coche. Como dice Deangelo, el coche es un lugar maravilloso para cerrar con beso. Nos despedimos. Yo me quedo a distancia pre-beso, a veces nos abrazamos, estoy tan cerca que me quedo bizco mirándole los labios. Me despido por enésima vez y recorro los centímetros que separan nuestros labios. Nos besamos.)

TB: ¿Subimos a tu casa?

(Lo que no le he dicho es que estoy compartiendo mi habitación con Malasombra.)

Aven: Anda, vete a casa, ya hablamos mañana. (La estrecho entre mis brazos y escucho cómo suspira. Mañana tendrá los remordimientos del comprador, seguro. Era esta noche. Mierda.)

(Subo a casa y encuentro a Malasombra jugando con el ordenador.)

Aven: Te odio.

Aven 2: ¿Qué he hecho?

Aven: Existir. Acabas de joderme la finalización de mi vida. Hoy he sentido que tenía el puto control. Si hubiera finalizado… Joder, qué putada.

Aven 2: Joder, tío, lo siento, si quieres me voy.

Aven: No, no… Pero hay que arreglarlo. No puede volver a ocurrir. Esto no es Proyecto Hollywood, precisamente. Es un puto cuarto en un piso compartido. No hay jacuzzy, ¿sabes? Joder, tío, no sabes cómo ha ido la cosa. Estoy alucinando todavía.

Aven 2: Cuenta, cuenta…

Aven: No, tío, lo vas a leer. Esto se merece un post. Aparta.

Conclusión:

Creo que se puede sacar una buena rutina de lo que he hecho esta noche. La llamaría «Rompestado para TB con monoitis».

Le veo tres cosas importantes:

Sospecho que con ella muestras preselección. De alguna manera la TB piensa «si tiene todo tan claro, este tío es un follador nato».

Por otro lado, estoy todo el rato autodescualificándome en la teoría y dándole kino en la práctica. Incluso parece que le ofrezco a la TB una «fantasía».

Y, además, el marco se convierte en «yo soy el examinador, tú la examinada».

También creo que hay que tener la cabeza fría y saber qué es lo importante aquí. Lo importante no es darle buenos consejos. Hay que meterle frases ardilla y progresar con la kinoescalada. La pregunta ¿Qué quieres, una noche de sexo o múltiples noches de caricias? la hacía buscando que pareciera una proposición. Para ello jugaba con la distancia a la que se lo decía (muy cerca).

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Mario Luna, fundador del Equipo Seducción Científica y autor de las obras
Sex Code: El Manual Práctico de los Maestros de la Seducción ©2007
Sex Crack: Conviértete en un Maestro de la Seducción ©2009
Apocalípsex: Los 10 Mandamientos de la Seducción ©2011