Concurso Apocalípsex: 3º Clasificado.

Enhorabuena a Mojo por quedar tercer clasificado en el CONCURSO APOCALÍPSEX.

Su autor, Mojo, es una persona que asistió a uno de mis talleres hace ya bastante tiempo. Desde entonces, nuestros caminos se han cruzado varias veces y todos ellos guardaban algo en común: en cada uno de ellos, Mojo había mejorado.  De él, pues, puedo decir  no sólo que es un seductor experimentado y valiente, sino que además encarna a la perfección el principio: KAIZEN, MEJORA CONSTANTE.

Su artículo, con la capacidad que demuestra para exprimir su propia experiencia, es buen ejemplo de ello.

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Apocalípsex, por Mojo.

Hace casi dos años que estoy metido en este mundo. He tenido épocas para todo. Mi manera de pensar sobre lo que es la seducción no para de cambiar constantemente. Empecé con Sexcode, luego vino Sexcrack y cuando salió Apocalipsex no pude resistirme a leerlo. Creo que lo devoré en dos días, llenándolo de puntos para acceder más rápido a la información importante.

Cuando leí Sexcrack flipé en colores. Era un libro tremendamente denso y muy ameno que decía infinidad de verdades con un enfoque mucho más moderno. Pero, siendo franco, creo que tardé seis meses, cinco lecturas completas del libro y un curso EnterTheGame con Fire y Alfie para entender plenamente cómo funciona el Max-Vacuaro Secuenciado.

No sabía qué me podía aportar el leer Apocalipsex, pero recordaba que eso también lo pensé justo antes de leer por primera vez Sexcrack. Así que no me lo pensé dos veces, me senté en una buena butaca delante la chimenea y empecé a leer mi Apocalipsex. Suerte que no había nadie en casa, pues seguro que tenía una sonrisa tonta dibujada en la cara y me hubieran tachado de “friki”.

Yo había asistido al curso que por aquellos entonces se llamaba “El fuego del Aven” y con, cada mandamiento que leía, empezaban a pasar mini películas de aquel curso por mi cabeza. Entonces llegó el Mandamiento 4 y “el juego del príncipe descalibrado”, y no pude evitar el recordar cuando las diez personas del curso nos pusimos a dar cortes a cual más fuerte y rebuscado mientras un tal “Mario Luna” sentado en el sofá de ese apartahotel, no paraba de capearnos con contracortes mejores cada vez si cabe. Creo que se me desencajó la mandíbula atónito después de esa demostración de ingenio, agilidad mental e imaginación. No pude más que aplaudir, igual que lo hice solo en mi casa cuando acabé de leer la interacción descalibrada. Qué le voy a hacer, soy bastante friki y, por si queda alguna duda de que lo soy, sólo hace falta leer la ultima parte del libro “mentalidad friki”, que no se por qué me recuerda demasiado a una contestación que Mario me hizo en respuesta a una de mis preguntas, la cual publicó en su blog en primavera de 2009 con el mismo título.

Los mandamientos iban pasando mientras yo iba analizando internamente interacciones fallidas y exitosas (ya que en éstas tampoco lo hacía todo bien). Empecé a darme cuenta de las muchas cosas que hacía mal, hasta que llegué al Mandamiento 9: No te esfuerces. Creo que cuando acabé de leer ese mandamiento sentí lo mismo que estos grandes creyentes sienten cuando ven a Jesús en sus sueños, pero yo no vi la luz: ¡¡¡yo vi el puñetero foco de Batman a tres metros enfocándome a la cara!!! No me podía creer que me hubieran pasado todos esos fallos por alto tanto tiempo, mientras una especie de nudo en mi estómago hecho de rabia y alegría me decía: “qué capullo que has sido hasta ahora y qué suerte que te has dado cuenta de todas estas cosas”. Supongo que he sido el típico chico que ha pecado de tener un exceso de pasión y querer aprenderlo todo a marchas forzadas. Me he “obsesionado en hacer funcionar lo que no funciona”. Y aquí se ha empezó a abrir un nuevo mundo, un mundo en que la frase “no te esfuerces” la tengo tatuada en mi cabeza a fuego.

Si tuviera que nombrar todo lo que Apocalipsex me ha aportado, tendría que escribir ochenta páginas, pero no puedo dejar de darte las gracias, Mario, por esa “autopsia” que haces a lo que significa «el Estado» en el Mandamiento 1, y del “Escala o siembra” del Mandamiento 7, pues yo era el que permitía muchas veces que ella hiciera marcha atrás en la interacción. Pero me dejaría uno de mis conceptos favoritos si no nombrara esa frase de: “si todavía no puedes disfrutar de la sangre y chapotear en ella es que tu transformación aún no está completa”. Creo que desde que la he leído me he vuelto demasiado guarro. Oquizás siempre lo he sido y lo tenía escondido. Quién sabe…

Recuerdo hace muchos años que leí un libro que me ha recordado mucho a Apocalipsex llamado “Windows para torpes”, y con ello sólo pretendo destacar un aspecto del valor del libro. Pues “Windows para torpes” era un libro muy fácil de entender que te permitía hacer funcionar un sistema operativo aunque fueses un lerdo con pedigrí informáticamente hablando. Personalmente, opino que la seducción es uno de los artes más complejos que hay en este mundo, con una infinidad de sutilidades y matices. Creo francamente que Apocalipsex se podría llamar perfectamente “seducción para torpes”, un libro que, mientras nos da herramientas para fortalecer nuestro juego interno como en el Mandamiento 4: Créetelo, nos habla de algo tan importante como el valor ADC en el mandamiento 9 no te esfuerces y nos explica lo que debemos hacer para calibrar mejor como en el Mandamiento 8:  Tradúcela.

En definitiva, nos hace usar su sistema (el Max-vacuaro Secuenciado) sin que apenas nos demos ni cuenta. Me parece una forma fácil e ingeniosa de conseguir un mayor éxito con las mujeres, haciéndolas sentir especiales y muy afortunadas de encontrar por fin hombres que valgan medianamente la pena, porque viendo lo torpe que soy yo y los resultados que me ha dado, no podría ser de otra manera.

Gracias Mario por seguir aplicando la mentalidad Kaizen en tus libros y mejorando lo que, según mi opinión, ya está muy perfeccionado, así que esperaré impaciente tu próximo libro.

MOJO.